sábado, 30 de marzo de 2013

El más grande.




ALEJANDRO MAGNO. Venció, convenció y transcendió.

 Alejandro. El éxito por antonomasia, el hombre más poderoso de todos los tiempos. No era un Dios ni un profeta, era un hombre que aparentaba ser un sol. Tenía un plan y las herramientas para ejecutarlo...y lo bordó.

Venció.
Su plan: Conquistar Persia, derrotando a sus inmensos ejércitos.
Sus herramientas: La falange macedonia, la caballería y su genio militar.

La falange:
Hombres duros y disciplinados que actuaban como uno solo, protegiéndose unos a otros y atacando en bloque. Un yunque, donde contener cualquier embestida de cualquier enemigo, fuese cual fuese su número o su cualidad ( infantería, caballería, proyectiles... ), y un rodillo triturador en ataque.

La caballería:
Ágil y veloz, un incisivo cuchillo para romper las líneas contrarias y un martillo en los flancos y en las retaguardias enemigas.

Su genio militar:
Conocer a su ejército, y al enemigo, y diseñar táctica y estrategia con capacidad de improvisación, teniendo los imprevistos... previstos. Sencillamente alucinante. Carisma para convencer a sus tropas de que la abrumadora inferioridad numérica no significa nada porque los macedonios son los mejores guerreros del universo, sus técnicas de combate son insuperables y además tienen a los dioses y la razón de su parte. Y demostrarlo. Pasmoso.

Convenció.
Tenía un plan: unificar Persia y Grecia bajo el manto de Macedonia.
Tenía las herramientas: la cultura y filosofía griegas que postulaban una sociedad más justa que la persa y su visión de la fusión de culturas como método de aceptación de lo extranjero. Políticamente genial.

Transcendió.
Pese a lo efímero de su reinado y a que quienes le sucedieron no compartían su plan ni tenían su genio; consiguió que lo helénico se expandiese y continuase más allá de sus dominios y de su tiempo, porque acertó en la estrategia. Su legado nos ha llegado como parte de la tradición greco-romana occidental que salvó de la expansión persa. Ha sido el hombre más poderoso en términos económicos, militares, políticos, sociales... cuestionado pero obedecido. Solo un nombre de mortal resuena con el eco de los héroes míticos y los dioses...Aquiles, Héctor, Zeus, Hércules, Apolo... ALEJANDRO.


La conquista de Egipto por Alejandro

 La conquista de Egipto, del Egipto persa, por parte de Alejandro, fue una campaña durísima de alrededor de siete meses y se desarrolló en la ciudad fenicia, de la Fenicia persa, de Tiro.

Tras la batalla de Issos, Darío huyó hacia el interior de su imperio para rearmar al ejército persa. A Alejandro se le planteaba un dilema: perseguir a Darío a través del corazón del imperio persa dejaba a sus espaldas las tropas persas de Egipto y la flota persa de la costa mediterránea, que podían atacar su retaguardia o llevar la guerra a Grecia/Macedonia. Era una opción que apostaba por alcanzar a Darío antes de que pudiera organizar un nuevo gran ejército, derrotarlo y esperar que todos los territorios persas le reconocieran como nuevo emperador. Optó por conquistar primero la costa mediterránea bajo control persa para luego dirigirse hacia el centro de Persia, donde le esperaría Darío. Al que encontró en Gaugamela.

No encontró excesiva resistencia mientras recorría la costa de oriente próximo, apoyado por su flota, en dirección a Egipto, hasta llegar a la ciudad fenicia-persa de Tiro.




Tiro, ciudad hermanada con Sidón y con Cartago, constaba de una Ciudad Vieja continental, una Ciudad Nueva insular ( extraordinariamente fortificada ) y dos puertos con una poderosa flota de guerra.

Tiro se creía inexpugnable ( Nabuconodosor II la sitió durante 13 años, no rindió la isla y acabó firmando una paz ventajosa para los intereses fenicios ). La Ciudad Nueva insular estaba en constante fortificación y contaba con unas impresionantes murallas de 45 metros de altura que morían en el agua, además de un arsenal y maquinaría de guerra portentosos. Su flota era netamente superior en número y pericia a la macedonia y aseguraba un abastecimiento regular de agua-víveres-refuerzos...desde Sidón y desde Cartago. Sidón era, formalmente, ciudad conquistada por Alejandro y Cartago era, formalmente, neutral en la guerra macedonio-persa. Sólo formalmente.

Tiro desafiaba a Alejandro y representaba la resistencia persa a la conquista macedonia. No negoció con Alejandro y le forzó a hacer una demostración de fuerza ante la atenta mirada de todo el imperio persa.

La toma de Tiro resultó un reto militar imponente, un esfuerzo de logística, táctica, estrategia y poliorcética descomunal; y, sobre todo, una demostración de determinación y tenacidad, por parte de los tirios, apabullante, y por parte de Alejandro, irresistible.

Enero del año 332 a.C...empieza el sitio y empiezan los problemas para Alejandro...

 La flota macedónica no era rival para la tiria, por lo que Alejandro no controlaba los puertos ni el mar, y sin ese control era imposible rendir por hambre/sed a los tirios.

En tierra la cosa era bien distinta, Alejandro tomó la Ciudad Vieja continental y evaluando la distancia entre la playa y la isla concluyó que la Ciudad Nueva iba a dejar de ser una isla. Había leído Alejandro sobre Dionisio de Siracusa y sobre la toma de Motia tras construir un istmo artificial entre Sicilia y aquella isla. Concretó con su ingeniero, Diadés de Larisa, y miles de auxiliares comenzaron a demoler la Ciudad Vieja y a rellenar con los escombros un espigón, delimitado por dos hileras de estacas clavadas en el lecho marino, en dirección a Tiro.








Los tirios, tras la expectación inicial ante el alarde técnico de los macedónicos, pronto se pusieron a entorpecer la construcción atacando a los trabajadores desde sus barcos de guerra y arrancando las estacas atándolas, por expertos nadadores, a sus barcos.

La respuesta de Alejandro fue proteger a sus trabajadores de las flechas y dardos tirios con bastidores de piel y madera, así como colocar dos torres de asedio en el cabecero del espigón para disuadir, junto a los barcos macedonios, a la flota tiria. Según se acercaba la obra a las murallas, se ponía a tiro de catapulta y ballesta, por lo que las torres de asedio se concentraron en batir las almenas.

La siguiente jugada tiria fue audaz y eficaz. Abarrotaron de material inflamable ( brea-pez-azufre...) el mayor carguero que tenían, lastraron su popa para que la proa estuviese exageradamente elevada y lanzaron el barco contra el espigón. En cuanto se montó sobre la cabeza de puente macedónica, miles de flechas incendiarias convirtieron el barco, las torres de asedio y el cabecero del istmo en un infierno.

Las torres cedieron y las estacas laterales quedaron muy dañadas. Al día siguiente una gran tormenta, con su oleaje correspondiente, destruyó, prácticamente en su totalidad, el dique. Los tirios no cabían en sí de alegría y orgullo. Su ciudad estaba a salvo, Alejandro había sido derrotado y la moral de los macedonios no podía estar más baja.

A Alejandro el desastre le encontró en campaña y cuando llegó a la playa de Tiro y comprobó los daños, calculó el retraso que le estaba suponiendo el asedio y evaluó el coste en prestigio y moral de retirarse. Se determinó a acabar lo empezado y someter a Tiro. Entendió los errores cometidos y se dispuso a enmendarlos punto por punto. Los tirios, y los persas en general, no sabían quién era Alejandro, pero se iban a enterar de una manera meridiana e imborrable.

 Entendiendo que el dique se ubicó demasiado expuesto a los vientos de la zona y que había resultado demasiado débil, se inició la construcción de un nuevo dique, más al norte, más ancho y con base de piedra ( no piedra y tierra como el previo ).

Comprendiendo que las torres habían sido eficaces pero insuficientes, a las torres del cabecero añadió nuevas torres en los laterales.

Y sobre todo, sabiendo que sin el control del mar no había sitio posible, Alejandro reclutó las flotas de Arados, Sidón, Chipre y Biblos para conformar una flota capaz de recluir los barcos tirios en sus puertos y bloquear todo suministro y comunicación con Tiro. Ahora sí, ejercería presión por hambre y sed e imposibilitaría la ayuda exterior.

Tiro palideció al comprender la decisión de Alejandro. Veían un nuevo espigón, más grande y reforzado, acercándose inexorablemente hacia la isla, su ventaja naval había desaparecido y no sabían si llegaría a tiempo la ayuda desde Cartago. Tomaron, de nuevo, varias decisiones audaces y acertadas. Evacuaron, rompiendo el cerco marítimo, a todo el que no fuera a luchar, hacia Cartago, aliviando sus necesidades de víveres y de defender civiles. Blindaron sus barcos y concentraron sus ataques en los barcos que defendían el dique, con bastante acierto, para retrasar la obra en lo posible.

A Alejandro le admiraba toda aquella determinación tiria, así como le exasperaba tanto retraso en el avance macedonio hacia Egipto, pues con cada semana que pasaba, se fortalecía el ejército de Darío. Alejandro blindó a su vez los barcos de defensa del espigón y montó torres de asedio sobre una base de barcos yuxtapuestos para acercarse más a las murallas tirias.

Los tirios lanzaban grandes troncos contra las torres flotantes y lanzaban enormes piedras al mar para entorpecer su avance. Los barcos macedonios retiraban las piedras arrastrándolas con cuerdas, cuerdas que cortaban nadadores tirios, por lo que se acabaron arrastrando con cadenas. Finalmente las torres de asedio se encontraron lo suficientemente cerca como para castigar las murallas y sus defensas eficazmente.

El espigón llegó a la base de las murallas y con él los arietes macedonios. Los tirios cortaban las sogas de sujeción de los arietes, con picas que acoplaban cuchillas en su punta, y elevaban las cabezas de los arietes con sogas y lazos, lanzaron todo el aceite hirviendo que tenían y arena de playa ardiente cuando se acabó el aceite... todo inútil, las murallas acabaron cediendo e iba a comenzar el asalto de la ciudad por las tropas de Alejandro.

El primer ataque partió desde el espigón, las torres se encontraron con las compuertas bloqueadas por arietes provenientes de la muralla y redes de pesca tirias trababan y arrastraban al vacío a los soldados de Alejandro. Los macedonios retrocedieron. Un segundo ataque desde las torres flotantes tampoco fue capaz de penetrar las defensas tirias.

Alejandro se arremangó y encabezó un ataque total, con todo el poderío de su infantería y marina y por todo el perímetro ( con especial intensidad en el espigón y en el, más débil, sur de la isla ), atacando simultáneamente los puertos y la muralla. El propio Alejandro alcanzó y se hizo fuerte en una parte de la muralla desde donde dirigió la entrada, en tropel destructor, de sus soldados. Tiro había caído.






Muchos tirios fueros escondidos por los marineros de Sidón, otros, refugiados en el templo de Melkart escaparon del saqueo y la matanza y a los cartagineses se les liberó. Unos 8.000 tirios murieron defendiendo su ciudad, unos 30.000 se convirtieron en esclavos y unos 2.000 fueron crucificados a lo largo de la playa de Tiro.

Fue una gestión de la victoria muy teatral y muy calculada. Tras siete meses con su ejército empantanado en una ciudad costera, permitiendo a Darío fortalecerse y siendo blanco fácil para un ataque persa libertador por su retaguardia, que afortunadamente Darío no supo ver, pero que Alejandro temió y mucho. Ahora Alejandro podía exhibir su victoria ante todo el imperio persa, que había estado pendiente de los acontecimientos con expectación e intriga.

Mensaje de Paz a Cartago, magnanimidad con los templos y las costumbres, amistad con quienes se rindan voluntariamente y crueldad despiadada con quien ose desafiar el poder de Alejandro. Había que rentabilizar el esfuerzo realizado y los riesgos asumidos.

Tras una menor resistencia en Gaza, el ejército macedonio, con Alejandro Magno al frente, se pasea por Egipto ante una población entregada y unos gobernantes sumisos, rendidos y subyugados. 

A Darío se le empieza a agotar el tiempo.

Gaugamela





Darío III no era un buen general, pero sí un buen organizador, capaz de poner en batalla el enorme potencial militar de Persia, aunque no supiese aprovecharlo.

Mientras Alejandro completaba la campaña de Egipto, Darío concitó un gran ejército, en el que destacaban como armas, específicamente reclutadas para desbaratar la formidable infantería macedónica, los elefantes de guerra indios y los carros con cuchillas acopladas en las ruedas. Darío escogió y acondicionó el campo de batalla para optimizar el uso de los carros y su superioridad en caballería.

Desde Issos, Darío era todo precaución ante Alejandro y la noche antes de la batalla, mientras los macedonios descansaban, el ejército persa estuvo en armas y alerta ante un posible ataque nocturno ( que Parmenio propuso y Alejandro descartó ).

Alejandro contaba con verse sobrepasado por los flancos, fundamentalmente el izquierdo - ya que la falange se desplazaba hacia la derecha en su avance - y reforzó los flancos con infantería ligera ( que resultó muy eficaz frente a los carros de combate ) y con una falange de reserva a las órdenes de Parmenio para acudir a la eventual rotura de la primera línea del frente.

La falange macedónica avanzó y la caballería de Alejandro atacó, rompiendo las filas enemigas y encaminándose directamente hacia el estandarte de Darío. Los elefantes de guerra de Darío resultaron asustadizos y los carros de combate fueron requebrados, asaeteados con jabalinas y masacrados tras las líneas macedonias. 

La caballería persa no desbordó el flanco derecho pero sí lo consiguió en el izquierdo, poniendo en jaque a Parmenio y atacando el tren de suministros macedonio.







Darío no tenía modo de ordenar a su victoriosa caballería que se olvidase del pillaje del botín y retrocediese para atacar la retaguardia macedónica. Además, perdió el temple al ver a Alejandro dirigirse, como un lobo, directamente a su posición y abandonó a su ejército en el fragor de la batalla. Parmenio sí logró informar a Alejandro de su desesperada situación y Alejandro cejó en perseguir a Darío, retrocediendo para auxiliar a Parmenio y destrozar al desorganizado ejército persa.







Victoria y triunfo total sobre los persas.

Grande, enorme, majestuoso Alejandro.






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