lunes, 8 de abril de 2013


ESPARTACO. Una causa, un líder...ningún plan




 ¡Revuelta!

Puso en jaque a ROMA, comenzando su aventura sin ninguna, literalmente ninguna, posesión. Asombroso.

"Spartakos" era un lugar de Tracia, así que conocemos el origen, pero no el nombre real, de este hombre. Tampoco se sabe fiablemente como acabó en la escuela de gladiadores de Léntulo Vatia - quizás pastor y guerrero tracio prisionero de guerra, quizás desertor del ejército romano y bandido apresado -. En cualquier caso, un esclavo joven, sano, fuerte y ex-combatiente en una escuela de gladiadores, solo libre para suicidarse.





Participó en un motín que triunfó y con algunos compañeros, desarmados, asaltó varias tabernas de Capua ( buscando cuchillos, espetones... ) topando, a la salida de la ciudad, con un carro que llevaba armas de gladiador a la escuela. Así pertrechados, huyeron al monte Vesubio y se instalaron en su cráter, sin más plan que HUIR.

Hasta el momento, nada extraordinario, pero a continuación ocurrió algo ciertamente desconcertante: comenzó a llegar al campamento de los fugados una riada de esclavos fugitivos que huían de las granjas ( donde eran tratados como animales ), en cantidades exorbitantes ( muchos de ellos eran ex-prisioneros de guerra ).




Se creó así la primera dificultad seria para los prófugos: la necesidad de organizar a una muchedumbre hambrienta y heterogénea ( con predominio de galos y tracios, mal avenidos ). Se consiguió una buena solución diplomática: Espartaco ( tracio ), jefe supremo y Crixo y Enomao, jefes galos. Se decidió también el dedicarse al bandidaje metódico y sistemático de los alrededores, para el aprovisionamiento.

Pillaje que se realizó diligente y eficazmente, lo que provocó la primera respuesta de ROMA.

  Victorias concatenadas arrasando el sur

Apio Claudio Pulcer, con 3.000 milicianos romanos, fue acorralando a los bandidos en el monte Vesubio y estrechando el cerco hacia la cima - y una cara abarrancada - de la montaña. Este brete lo resolvió Espartaco astutamente, descolgando a su gente por el barranco usando lianas ( excepto un último hombre que soltó las cuerdas - prueba de la fuga - y que se escabulló por entre las líneas romanas sin ser descubierto ). Los romanos instalaban su campamento rutinariamente, creyendo a los esclavos enchiquerados en lo alto del monte, cuando Espartaco atacó su desprevenida retaguardia, desbandando las tropas romanas, obteniendo material militar y adquiriendo un prestigio que atrajo a más fugitivos.

Es importante señalar que Espartaco, tras liberarse y dedicarse al pillaje, ahora decidía combatir a los romanos, en vez de huir; aunque seguía sin un plan, más allá de salvar el día a día o resolver los imprevistos según iban surgiendo.

Su éxito ante Pulcer y la buena vida que proporcionaban los saqueos ( Espartaco repartía equitativamente el botín ) eran una llamada irresistible para el mar de esclavos de la Italia latifundista. Hablamos de unos 40.000 hombres en las filas de Espartaco a finales del año 72 a.C. Número poco explicable por el carisma y éxito militar de Espartaco y mejor entendible por la huida masiva del inhumano régimen esclavista, y de la miseria de las ciudades, que suponía el sistema de terratenientes romanos.

ROMA subestimó arrogantemente la rebelión de esclavos y dejó a las milicias locales ( a cargo de los pretores Varinio y Glaber ) la solución del problema. Aún no consideraban que fuera una guerra. Aún.

Espartaco arrasó la campiña meridional italiana sin oposición eficaz, venciendo a Varinio y a Glaber ( de este último obtuvo los atavíos de magistrado romano que desde entonces vistió ).

Tras un año en libertad, con saqueos productivos, en víveres y oro, y con cerca de 70.000 seguidores ( y creciendo ), Espartaco se centra en establecer un plan: defiende la idea de que no pueden permanecer en Italia indefinidamente y propone que galos-germanos-tracios... vuelvan a sus hogares como hombres libres. Eso implicaba atravesar Italia en dirección norte, batir a los ejércitos romanos y cruzar los Alpes en pleno invierno. Inviable. Además de que no todos los liberados querían abandonar su actual prosperidad por sus bosques natales.

Debe aparcar el plan hasta el año siguiente y seguir saqueando el sur de Italia ( su única opción, en realidad ) para establecer cuarteles de invierno bien aprovisionados desde donde prepararse ( armas e instrucción ), con la intención de transformar una muchedumbre en un ejército capaz de enfrentarse a las legiones que inexorablemente habrán de combatir, independientemente de si se quedan o salen de Italia.

Entonces sí, los romanos se tomaron en serio a Espartaco.




 Grandes victorias, ningún plan

ROMA puso tres ejércitos en marcha. Dos consulares, a cargo de L.C.Poplícola y C.C.Léntulo, y uno pretoriano, a cargo de Q.Arrio. Suficiente como para conquistar una nueva nación. Al conocerlo los esclavos, se produjo la escición de Crixo y los galos - se desconoce si por razones estratégicas o por disensiones étnicas o de liderazgo -. Ambos contingentes de rebeldes se dirigieron al norte ( no queda claro, si para salir de Italia o en busca de nuevos territorios que saquear o simplemente para no dejarse atrapar ).

Q.Arrio derrotó a las fuerzas de Crixo en el monte Gorgano, en Apulia.

Espartaco llegó al río Po. Al norte le esperaba Léntulo y por el sur se aproximaba Poplícola. No hay datos fiables de acerca de como les derrotó, si bien, está claro que no se dejó atrapar por ambos ejércitos romanos y los venció consecutivamente.

Quedó patente que los rebeldes no eran rival, sin Espartaco, y que eran un enemigo temible, con él al mando. Empezó a convertirse en un mito para los suyos y en una obsesión para los romanos. Ya tenía a sus órdenes 100.000 hombres, lo que suponía una pesadilla logística en aprovisionamiento y movilidad.

El proconsul C.Casio, con un ejército de 10.000 veteranos, trató de bloquear a Espartaco en Mutina. Fracasó. La ruta de los Alpes quedaba expedita.

Habían atravesado Italia y batido a los ejércitos consulares, el paso de los Alpes estaba abierto y podían salir de Italia. ¿No era ese el plan?. Pues no.

Un conato de motín exigía continuar saqueando Italia y Espartaco aceptó el "plan" del pillaje perpetuo, "prisionero" de su propia gente. Volvieron hacia el sur.

Espartaco escapó de una escuela de gladiadores, y bien pudo hacerlo de su propio campamento, pero es de suponer que él sabía perfectamente que, sin Espartaco, su ejército se convertía en una caterva y no se decidió a dejar a su suerte a tantas almas.

Era el tercer año en libertad para los esclavos e iba a entrar en escena L.C.Craso.






 Craso

No había gloria en aplastar una rebelión de esclavos y sí mucho descrédito, en caso de fracaso. Craso asumió el encargo cuando este ya no era domeñar sediciosos, sino salvar a ROMA de la humillación y penurias derivadas del expolio realizado por los rebeldes a través de Italia.




Nombrado pretor, conformó un ejército de ocho legiones - demostrando su determinación y su fortuna -. Determinación que refrendó al diezmar las cohortes que primero huyeron en la derrota de las tropas a cargo de Mummio ( legado de Craso ).

Espartaco se replegó hacia el sur, Craso masacró a una banda de 10.000 fugitivos, Espartaco siguió retrocediendo, hasta la punta de la bota de Italia ( Reggio ), y Craso comenzó a construir una empalizada que separaba Reggio del resto de Italia.

Espartaco contrató una flota de piratas cilicios para escapar de Italia, pero los piratas huyeron con el dinero ( no se sabe si por su condición de ladrones o por influencia de Craso ). Fracasó también, un intento de saltar a Sicilia en barcazas de fabricación casera ( debido a las fuertes corrientes del estrecho de Messina ). Así pues, se centró en romper la barrera de Craso. Fue un esfuerzo que supuso muchas bajas y represalias entre los prisioneros, lo que enconó los odios en ambos bandos. Finalmente el ejército de Espartaco superó las defensas romanas y de dirigió hacia el norte, pero con un contingente de galos, dirigidos por Casto y Gránico, escindido. Sobre los galos cayó Craso, matando a cerca de 30.000 rebeldes, que no fueron más porque llegó Espartaco en su socorro. En este enfrentamiento recuperó Craso los atavíos de magistrado de Glaber.

La ruptura de las defensas de Craso no significó una gran derrota para los romanos, pero ROMA hizo llamar a las legiones de Grecia ( Lúculo ) y de Hispania ( Pompeyo ). Había declarado la guerra total a los esclavos.

En el norte estaba Q.T. Scrofa, enviado por Craso para sellar esa escapatoria, pero Espartaco le derrotó y se dirigió hacia Brindissi ( puerto hacia Tracia, quizás ). Hacía tiempo que Espartaco y su gente solo huían y luchaban para salvar la jornada vivos.

Detrás les perseguía Craso, como un lobo, en Brindissi acababa de desembarcar Lúculo, con las legiones de Grecia, y desde el norte se acercaba Pompeyo, con las legiones de Hispania.

El plan de buscar un puerto se complicaba, el plan de cruzar los Alpes se tornaba quimérico y el plan del pillaje perpetuo se deshacía ante la visión de los ejércitos romanos. Nunca hubo un plan serio y consensuado y eso les había llevado ante una guerra que no podían ganar.

La situación era angustiosa y de nuevo todos miraron a Espartaco poniendo sus vidas en su decisión.






Desenlace

Espartaco decidió que era preferible enfrentarse, en primer lugar, a las tropas de Craso, en vez de a los veteranos de Grecia o de Hispania. Desistió de ir a Brindissi y de ir, de nuevo, al norte. Giró en redondo y presentó batalla a Craso - encantado, por otra parte, de no perder la oportunidad de adjudicarse el éxito, en favor de Lúculo o, sobretodo, de Pompeyo -.

La batalla fue durísima y acabó en debacle para los rebeldes. 5.000 de ellos huyeron hacia el norte y fueron aniquilados por Pompeyo. Craso crucificó a 6.000 esclavos y las represalias contra los supervivientes fueron ciertamente severas.

Espartaco desapareció, no se encontró su cadáver, y esa circunstancia favoreció su mitificación, alentándose el fantasma de su libertador regreso, entre los esclavos.







Su ideario se circunscribió a vivir libres y fue adalid de una revuelta servil, enorme, en el corazón del imperio romano, pero comenzó sin un plan y no supo o no pudo articular uno coherente y consensuado, lo que le llevó a ir muy lejos, pero a ninguna parte y , finalmente, al desastre.

Esclavizó y crucificó a los enemigos, les robó y les obligó a batirse como gladiadores. Su causa era particular y sin altura de miras, limitada a sobrevivir en libertad y mantener lealtades primarias para con los suyos.

Su aventura puso de manifiesto la enfermedad de la ROMA de su época, con un cruel sistema latifundista-esclavista sin apenas clases medias o colonos prósperos; también demuestra como, para cambiar las cosas, no es suficiente con tener los medios adecuados, además hay que tener claro qué se pretende y planificar cómo conseguirlo.

Espartaco podría haber escapado con su familia y cierta fortuna, sin embargo eligió ligar su suerte a la de sus compañeros y seguidores. Gesto que le honra. Esta comunión con los suyos, queda recreada en la película de Kubrick, en la escena en la que los esclavos, vencidos, se levantan como un solo hombre, ante la pregunta de quién de ellos es Espartaco, respondiendo todos y cada uno: ¡ YO SOY ESPARTACO !

Luchó con coraje e inteligencia por su libertad hasta donde le permitieron sus fuerzas. Bravo por Espartaco.




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